La historia de Arcor es bastante conocida, especialmente para los arroyitenses. Pero hubo un tiempo previo, un antes de la historia, y en parte tiene que ver con otra fábrica de caramelos que existía en esa época: “BOERO Y SEBASTE S.A.”
La firma Boero y Sebaste estaba radicada en la localidad de Las Varillas, produjo golosinas y galletitas desde finales de 1920 hasta mediados de 1960 cuando cerró sus puertas.
Es de esta empresa de donde salieron varios de los socios fundadores y otros importantes componentes humanos que traían sus propias experiencias laborales. Así podemos mencionar a Mario Seveso, mecánico; José Vaira, maestro caramelero; Modesto Maranzana, entregador camionero; Enrique Brizio, viajante, José Soldavini y alguno más que puedo estar ignorando.
René Celayes cuenta en su libro “Pioneros y emprendedores”: “Boero y Sebaste era el emporio de las golosinas. En la década del 30 se consolida como sociedad, adquiriendo un gran solar entre las calles Independencia y Mitre, permaneciendo hasta la década del ’60, que cierra sus puertas.
La gran producción de productos Meteoro consumía energía con un suministro que aquí no alcanzaba, por eso en un primer momento se pensó trasladar la fábrica a San Francisco. Felizmente no se concretó solucionado el problema.
Don Octavio Sebaste también se dedicó a la industria del tambo con magníficos planteles de vacas lecheras y toros de pedigree.”
Sin dudas Boero y Sebaste fue parte de una época dorada de la ciudad de Las Varillas, en tiempos que superaba en importancia y cantidad de habitantes a nuestra ciudad.
Fuente: Facebock de Carlos Alberto Pucheta