Con capacidad para unas 32 personas, luces led y hasta karaoke, el vehículo busca sumar un atractivo a la ciudad y convertirse en un clásico como son los tradicionales trencitos de la alegría en las grandes urbes turísticas.
Así lo manifestó su dueño, Daniel Varela quien lo compró con la idea de aportar “algo distinto a la ciudad”, acompañando el desarrollo del turismo que está adquiriendo la misma de la mano de la urbanización de la costanera, entre otros proyectos municipales.
Yo veía que a Arroyito le faltaba algo para expandir el turismo, sobre todo teniendo en cuenta que desde Córdoba a San Francisco somos nosotros los que tenemos un balneario y que esta gestión le ha dado una gran revalorización,”, expresó Varela
“Si bien son muchas las cosas que faltan y que se pueden sumar, yo sentí que tenía que comprar un trencito como este”, relató.
Varela recordó que él ya tenía uno, pero mucho más pequeño- con capacidad para 10 adultos o 20 niños- pero que la pandemia le impidió salir a las calles. “Cuando se liberaron un poco las restricciones sanitarias comencé con algunos trabajos; los jardines de infantes me lo pedían mucho para hacer paseos; por eso me pareció una buena idea sumar otro”.
Ahora, con dos trencitos, quiere dedicarse de lleno a esta actividad, por lo que planea vender la rotisería que mantiene junto a su esposa desde hace una década. “Transitando ya los últimos años de cara a mi jubilación quiero disfrutar de algo más placentero y podes dedicar tiempo a mis nietos, cosa que muchas veces el trabajo te limita”.
Fuente: La Voz de San Justo