En un acto de valentía y vocación de servicio, el sargento Enrique Giménez, integrante de la Patrulla Rural Norte, se convirtió en héroe al salvar la vida de una bebé que había caído a una pileta y, minutos después, frustrar un robo en un hospital.
El rescate milagroso
Mientras disfrutaba de su día de descanso, el sargento fue sorprendido en su domicilio por una pareja desesperada que llevaba a su hija de un año en brazos, sin signos vitales, tras haber permanecido sumergida en el agua. Sin dudarlo un segundo, Giménez inició maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) mientras, junto a su esposa y un vecino, emprendían el traslado hacia el centro médico más cercano.
Durante el trayecto, el efectivo continuó con las maniobras de primeros auxilios hasta que la bebé logró expulsar el agua y recuperar la respiración. Al llegar al hospital, fue atendida por el personal médico y quedó bajo observación, con pronóstico alentador.
Un segundo acto de valentía
La jornada heroica de Giménez no terminó allí. Mientras acompañaba y brindaba contención a la familia en el hospital, advirtió que un hombre intentaba sustraer un bolso médico de una ambulancia estacionada en el lugar. Con rapidez y firmeza, solicitó colaboración y logró detener al sujeto antes de que pudiera concretar el robo.
Vocación y profesionalismo
El sargento Giménez no solo demostró un profundo compromiso con su comunidad, sino también la importancia de la preparación y la vocación en situaciones críticas. Sus acciones reflejan el profesionalismo y la responsabilidad que caracterizan a quienes sirven a la sociedad desde las fuerzas de seguridad.
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